Aikido, una filosofía de vida
Artículo escrito por Isabel Navarro.
He leido en internet un fragmento de la entrevista al Sensei Robert Frager donde comparte y muestra, en una de sus experiencias junto a O-Sensei Morihei Ueshiba, uno de los valores mas importantes de la vida en mi opinión. Hoy en dia, donde cada vez hay menos gente que comparte estos valores, la lectura de esta historia me ha hecho pensar que cuando alguien tiene la suerte de conocer gente que actua de la misma forma que el protagonista de esta historia, merece la pena pararse un momento para mostrar agradecimiento por ello, asi que he querido compartirlo para expresaros mi agradecimiento por la atención y la ayuda que he recibido de todos vosotros en mis inicios en el Aikido...espero que algun dia pueda yo tambien enseñar todo lo que estoy aprendiendo con vosotros a otros que quieran formar parte de esta filosofia de vida que es el Aikido..os deseo unas Felices Navidades y un prospero año 2010!!
En una reciente entrevista realizada al Sensei Robert
Frager 6º Dan, que tuvo el privilegio de practicar en los años 60 junto
a O-Sensei, le preguntaron cuál era su mejor recuerdo de la estancia
pasada junto a Morihei Ueshiba. Él contestó que un día se levantó de
buena mañana como era su costumbre y tras realizar algunos ejercicios de
Yoga en el exterior de la casa, entró a su habitación para hacer su
meditación matutina. Para su sorpresa, aquel día su mente se encontraba
calmada y experimentó una cierta paz interior.
Sintiéndose
muy bien consigo mismo y sabiendo que en aquella época en el Aikikai
Hombu Dojo se practicaba con el mismo uke durante toda la sesión, pensó
que ese día entrenaría duro con algún segundo o tercer Dan (él era 1º
Dan) con la intención de progresar lo más rápido posible. Pero antes de
empezar la clase una chica occidental amiga suya se le acercó junto a un
joven australiano, Bob, que vestía kimono nuevo y cinturón blanco,
dejándolo a su cuidado. De pronto sus planes se vieron truncados y por
su mente pasaron mil ideas y escapatorias posibles a una situación
incómoda. Sólo tenía dos opciones practicar con un novato recién llegado
o dejarlo a su suerte junto a los japoneses, y nunca mejor dicho porque
no en vano el Aikikai Hombu Dojo recibía el sobrenombre del dojo del
infierno, debido a la dureza de sus entrenamientos. Finalmente pensó que
lo correcto era entrenar con Bob y olvidarse de sus perspectivas
iniciales. A lo largo del entrenamiento miraba con envidia como sus
compañeros japoneses literalmente volaban de un lado a otro en un sinfín
de proyecciones, que daban un aspecto irreal y descorazonador a su
propia situación, frente a un alumno novel que apenas si sabia moverse.
No obstante se armó de voluntad y decidió ofrecerle a Bob el mejor Keiko
(entrenamiento marcial) que jamás hubiera tenido, forzándolo hasta sus
límites. Al cabo de un rato apareció en el tatami O-Sensei. Todos se
sentaron en seiza y Ueshiba los escrutó con la mirada, al cabo de unos
instantes y ante la sorpresa de todo el mundo dijo: “Nadie aquí está
haciendo Aikido de verdad. No habéis entendido lo que es el Aikido.
Ninguno de vosotros intenta cooperar. Nadie excepto por él” y
señaló directamente a Robert Frager. En ese momento se dio cuenta de que
O-Sensei había comprendido todo el drama por el que había estado
pasando y cómo había reaccionado. Un regalo que jamás olvidó y que aún
ahora, después, de muchos años sigue reciente en su memoria.
Tal
vez la clave sea esa precisamente, y es que el Aikido es algo más que
un arte marcial de defensa personal. Es todo un sistema de vida, de
comprensión de la unidad en la diversidad, de la cooperación frente a la
competición. Son estos testimonios de la vida de O-Sensei los que
tendrían que hacernos reflexionar sobre qué representa el Aikido para
nosotros y de qué forma puede ser para nosotros una filosofía de vida.
Muchas gracias por tu aportación.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con lo que expones. A ver lo que van diciendo los compañeros.
Abrazos
Aunque sea sólo por llevar la contraria una vez a Fernando, sólo decir que para mi, como novato de falda negra, no es ningún drama practicar con novatos sin falda o en chándal...vamos, que estoy de acuerdo con lo que dijo Ueshiba, pero no con las visiones dramáticas de aprender con alguien que acaba de empezar...
ResponderEliminarMiguel Ángel Samper
Puesto que nunca se alcanza la plena sabiduría en ningún arte, y el aprendizaje es contínuo y perenne, en mi modesta opinión, tanto os enriquecéis los más nuevos de los más veteranos como nosotros de vosotros, por ello el agradecimiento debe ser mutuo y sincero, y así te lo manifiesto desde estas líneas.Espero que compartas con nosotros muchas más practicas.
ResponderEliminarTomás Escamilla
Me parece un artículo muy bueno, yo tambien soy una novata y he podido ver la paciencia de todos mis compañeros intentando trasmitirme sus conocimientos e integrándome en el grupo como una más.
ResponderEliminarSaludos, María
No sé de donde sacáis lo de llevarme la contraria, por que a mi me parece esencial para entender lo que es el aikido trabajar con la gente que empieza. Tiene muchas vertientes este debate, pero todas son positivas, tanto para los noveles como para los veteranos.
ResponderEliminarPor otra parte he puesto el enlace al que creo artículo que cita Isabel por si alguien quiere revisárselo, que es bastante más extenso.
Un abrazote a todos
Fernando
Si, el articulo es mas extenso y la web es la siguiente: http://mongaku.net/b/2009/11/16/aikido-filosofia-de-vida/. Nos vemos despues de fiestas, si no me lesiono otra vez, ya que me voy a esquiar .
ResponderEliminarSaludos, Isabel