Jita kyoei
 Artículo escrito por Fernando Gómez.
Éste es uno de los principios en los que se asentaba la filosofía del judo de Jigoro Kano.
 Consiste en el perfeccionamiento de uno mismo y la mutua prosperidad. 
Para conocer el porqué hablo de esto tendréis que leer en el artículo 
completo.
Como bien recordáis, el año pasado por estas fechas Tomás escribió un artículo sobre los exámenes y su utilidad.
 No voy a volver a enrollarme sobre lo positivo y lo negativo de los exámenes  Tan solo quiero comentaros mi impresión sobre lo que vi el 
viernes pasado.
En lineas generales puedo deciros 
que estoy muy satisfecho con lo que presencié. Mi opinión es que todo el
 mundo ha mejorado desde el año pasado o desde que comenzó. Pero no es 
sólo este hecho el que me produce esta sensación sino que, salvo alguna 
excepción que no merece mención, el ver cómo os habéis preparado durante
 estas tres semanas y como colaborabais unos con otros es lo que más me 
ha gustado. Pese a esto tengo que confesar que estas tres semanas se me 
han hecho un poco largas ya que me gusta más el ritmo habitual de 
trabajo. 
Es esta visión de colaboración entre 
vosotros junto con los evidentes resultados de mejora los que me han 
hecho titular este articulillo de la manera que lo he hecho. Como he 
comentado en la introducción, Jita Kyoei es el principio del perfeccionamiento de uno mismo y la mutua prosperidad,
 es decir, centrarse en la mejora propia y que esa mejora se refleje 
sobre el conjunto. Este principio no sólo debería verse ante la 
inminente venida de los exámenes, sino que se puede (y debe) aplicar a 
la práctica habitual. Vamos, que os estoy instando a que trasladéis la 
intensidad y concentración que habéis puesto estos días al resto del 
año.
Otra faceta a la que se podría trasladar este
 principio es la de la relación entre uke y tori. Si bien la parte de 
tori es la parte visible y no necesita mucha atención pues es evidente, 
no ocurre lo mismo con la parte de uke. Como os he dicho en algunas 
ocasiones el papel de uke es importante, tanto que en muchas 
escuelas el papel lo realizaba el maestro o los alumnos más veteranos. En 
pocas palabras el trabajo de uke se resume en dar una buena materia 
prima para tori (esto es, un buen agarre o un buen golpe ajustado a las 
posibilidades de tori y uke) y en aceptar (que es distinto de rechazar) 
de manera sincera la respuesta de tori. En algunos trabajos específicos 
es interesante reconocer una buena respuesta de tori y en caso que no lo
 sea hacérselo saber de alguna manera. A muchos de vosotros esto que os 
estoy comentando os debería hacer que os replanteárais la forma en la 
que seleccionáis las personas con las que practicáis en clase.
Volviendo
 al tema de los exámenes, os digo que soy consciente que a muchos no les
 gustan. Por contra también sé que a muchos les ha estimulado más el 
tener que examinarse que la práctica habitual. Como en todo hay que 
buscar el equilibrio y, en mi opinión, hacer esto una vez al año está 
más que bien. Para los que no os gusta os veis obligados a hacer un 
único esfuerzo en este sentido y para los que desearíais más os obliga a encontrar sentido a la práctica habitual, ya que es mal hábito depender 
de estímulos ajenos para progresar. Dicho con otras palabras, si 
necesitáis que alguien ajeno os obligue a aprender vais por mal camino, 
ya que esto no funciona así.
Por otra parte 
también sabéis que no soy partidario de dividir las clases por niveles, 
esta es una de las razones por las que no damos grados tras los 
exámenes, y sin embargo para la preparación lo hemos hecho. Como no 
quiero que ocurra lo que voy a mencionar, lo expreso claramente para que
 no haya equívocos. No me gustan la falsa idea de jerarquía dentro del 
grupo. Es decir, uno puede tener la tentación de pensar que por el hecho
 de llevar cierto tiempo de práctica (y por tanto tener un examen más 
complejo) es más que todos los que llevan menos tiempo. Eso no es así en ningún caso,
 todas las personas merecen el mismo respeto y la misma atención 
independientemente de su nivel técnico. En mi opinión el grupo se debe 
conformar de otra manera. Está claro que hay gente que lleva más tiempo 
que otra y gente que sabe más. El que exista un ambiente colaborativo 
(¿os suena de algo jita kyoei?), es decir, el que más sabe ayuda 
al que menos sabe a aprender por sí mismo hace que todo se coloque como 
debe ser de manera natural, sin necesidad de grados externos (como 
puedan ser los kyu, los dan o los años de experiencia). Es decir, cada 
uno es valorado por su forma de ser y por lo que aporta al grupo. 
El
 que opine que se nota que el trabajo que se va haciendo tiene sus 
frutos no quiere decir que no viera algunas cosas que no me gustaron. No
 me extenderé por no empañar la buena impresión general, pero debéis 
recordar que dentro de un dojo no es de buena educación hablar en 
exceso, tumbarse, apoyarse en la pared,... Un buen símil sobre el 
comportamiento dentro de un dojo es que uno debería portarse como lo 
hace en una casa ajena. Comprendo que es difícil y cansado estar dos 
horas parado viendo gente examinarse, pero debéis entender que no se 
puede hacer de otra manera y que siempre se puede aprender viendo a 
otras personas practicar. 
En resumidas cuentas, 
estoy muy contento con lo que vi el viernes y aunque, para variar, me 
quedo con la sensación de no haber expresado bien todo lo que tengo 
dentro de la mollera. Puede ser que otro día me anime y os hable de otro
 de los principios del judo de Jigoro Kano: seiryoku zenyo, que, al igual que éste que titulaba el artículo, es perfectamente aplicable al aikido.
Un abrazo a todos y enhorabuena por vuestro trabajo.

Muy buen artículo Fernando, me uno a la felicitación del grupo.
ResponderEliminarExiste un término africano muy parecido al que nos expones,Ubuntu, supongo que le sonará a más de uno.
http://es.wikipedia.org/wiki/Ubuntu_(Sud%C3%A1frica)
Miguel del Valle
Muy buen artículo !!!!!!!. Si bien es verdad que los exámenes o las medidas de presión que ellos nos ejercen no nos gustan nada, si que debemos reconocer que nos ayudan a subir unos cuantos peldaños, en la escalera del aprendizaje, en un solo salto. El viernes se vió claramente que todos los examinados habían pegado un gran salto hacia la mejora del propio Aikido, lo cual ayuda al grupo a avanzar en conjunto. Enhorabuena a tod@s !!!!!!!
ResponderEliminarMiguel Ángel Tárrega
Para glosar la impresión que me ha producido el instructivo artículo, y parafraseando al famoso anuncio del se podrá decir más alto pero no más claro, el Jita Kyoei es el motor y TÚ eres la gasolina.
ResponderEliminarDicho queda.
Tomás
A mi no me gusta nada los exámenes porque me los se pero me pongo muy nerviosa y creo que se me olvida todo. También ,motivan para prepararse mejor y estudiar, en fin que puedo decir yo que estoy casi todos los días con exámenes.
ResponderEliminarEl viernes pasado fue una sensación nueva para mi ya que los exámenes del colegio no se parecen en nada y más que un examen fue compartir durante unas pocas horas los conocimientos del Aikido que tenemos. Muchos saludos y felicitar el articulo aunque algunas cosas se me escapan.
María
Me ha encantado el artículo. Desde el punto de vista del examinado, me encantó porque fue por un lado una excusa para escaparme y compartir más horas de aikido con los amigos. Por otro lado, también me di cuenta de las múltiples lagunas y muchísimas cosas a mejorar, con lo que es un punto y seguido para seguir trabajando.
ResponderEliminarEn cuanto a la actitud, además del ambiente relajado que es normal que haya, la colaboración es fundamental, sobre todo cuando se entiende que no hay competitividad alguna: todos queremos mejorar y que el grupo mejore.
Un abrazo,
Miguel
Sin duda los exámenes tienen más ventajas que inconvenientes porque sirven para esforzarnos y darnos cuenta de por donde vamos, y eso es lo importante. Me ha gustado mucho leer el artículo, sobre todo porque nos orienta sobre como mejorar.
ResponderEliminarMariajosé