Tres lustros después

Como alguno de vosotros adivinó, el evento del viernes pasado era para celebrar que hace ya 15 años que vengo enseñando, con mayor o menor fortuna, lo poco que sé de aikido. Muchas cosas me han ocurrido durante este tiempo y si tuviera que destacar alguna me decantaría por dos: la gente que he tenido el placer de conocer (muchos de los cuales cuento entre mis mejores amigos) y el apoyo de personas que me animaron a empezar y a continuar en este camino.

Concretamente sobre el encuentro debo decir que me alegré de ver a tantas personas que aprecio, sobre todo teniendo en cuenta que no se sabía para que nos reuníamos. Me resultó especialmente agradable volver a encontrarme con algunos compañeros que hacía algún tiempo que no veía, aunque sin duda lo que mas me gustó fue regalaros las caligrafías y ver las caras que poníais. Sobre este particular os digo que aquellos que queráis saber más de lo que pone, no dudéis en preguntar, y que aquellos que vinisteis y os quedasteis sin caligrafía podéis pedirme una (si os apetece, que sigue siendo voluntario). Una cosa más sobre este asunto, para todos aquellos que no pedisteis ninguna en concreto elegí un tema que me gusta mucho y que espero que os oriente en vuestra práctica. Se trata de 技養心 y significa algo así como alimentar la técnica con corazón (y viceversa, que no hay que olvidarse de la estructura).
Por ser un momento muy especial para mí, os desvelaré parte de una conversación que tuve hace muy poco con alguien al que admiro y respeto. Aunque no se refiere a aikido, está muy relacionada con la enseñanza. Le manifestaba a esta persona mis dudas sobre dar clase sobre algo que no se domina, ya que en mi ámbito profesional, muchas veces relacionado con la docencia, rechazo ofertas para hablar sobre temas que no controlo suficientemente. Tras una sonrisa me preguntó que si de verdad pensaba que se podía dominar alguna vez un arte. Complementó esta pregunta con cariz de respuesta con la recomendación de que me lanzara al ruedo pese a mis dudas, que tan sólo me debía preocupar ser honesto, hacerlo lo mejor posible y hacer feliz a la gente, que es lo más importante. Esta conversación me recordó a la situación que viví hace ya tres lustros y a otras conversaciones que tuve en aquellos momentos. Lo único que espero es haber conseguido repartir algo de felicidad, porque las otras dos patas de este taburete podéis darlas por seguras.
Para ir cerrando esta entrada os diré dos cosas que siempre tengo presentes desde que empecé con este papel. La primera es que enseñar no significa dejar de aprender (se podría decir que he aprendido más "enseñando" que "aprendiendo") y que sin alumnos no habría profesores (por eso me siento tan agradecido por que cada día haya gente interesada en escucharme y pasar un rato conmigo).
Bueno, pues ya estaría, quizás en la próxima ocasión me anime a deciros algo, pero como es algo que no se me da muy bien tendré que empezar a prepararlo ya ;)


Comentarios

  1. Lo primero, agradecerte esta clase tan especial, porque si no la hubieses organizado no habría podido reencontrarme con gente a la que aprecio mucho y cuyo nexo de unión es el aikido.
    Lo segundo. Quince años son muchos, y son pocos. Si tuviésemos que esperar a saberlo todo de un área para ponernos a enseñar, nunca enseñaríamos. Creo que ser profesor, tutor o maestro es una gran responsabilidad y, además, algo fundamental en nuestra vida. Avanzar por el camino que otro ha ido despejando, para llegar más lejos y así quitar algunas piedras o escollos del camino que otros recorrerán, para llegar más lejos.
    Tercero. Como bien sabes yo he estado en bastantes dojos y he tenido varios y variados maestros. Estoy contigo y sigo contigo porque creo que puedo aprender mucho de ti, no solo en la parte técnica, sino en lo que hay detrás. Solo contigo he visto cómo se aplican los principios de la filosofía a la técnica.
    Espero que aguantes otros quince años, que sigas bebiendo de muchas fuentes y que nos transmitas tus conocimientos tal y como lo has venido haciendo hasta ahora.
    Muchas gracias por todo.
    PD: La caligrafía me gustó mucho, mucho.

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  2. Como siempre tan claro y sincero. GRACIAS FER

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