Relajación y caligrafía

Cuando la gente se entera de que me gusta la caligrafía japonesa es raro que no me hagan alguna insinuación sobre lo relajante que debe ser practicarla. Supongo que se imaginan un entorno idílico, con el calígrafo cómodamente sentado, aislado del mundo exterior y centrado en el disfrute propio de la actividad. Aunque es cierto que en la mayoría de las ocasiones tengo una sensación muy placentera durante las sesiones, no resulta intuitivo pensar en la cantidad de obstáculos que hay que superar para llegar a experimentar este efímero nirvana.


Quizás lo primero que haya que vencer sea la reticencia a emprender una actividad tan repetitiva que, a primera vista, se antoja, por decirlo suavemente, poco excitante. Una vez uno se decide a probar, tendrá que lidiar con unos caracteres extraños acerca de los que no se suele tener ninguna referencia, con la postura corporal y la disposición mental, con la respiración y con que el conjunto tinta-pincel-mano-papel se conjuren para que no salga nada como uno pretende. Todas estas contrariedades hacen, que lejos de la imagen que relataba al principio, sea la contracción y la tensión las dominadoras la mayoría de los inicios. En mi caso, el contacto con una persona tan extraordinaria como mi maestro, ver los progresos que se van produciendo, la curiosidad por las historias que esconden los kanji y lo revelador de muchos temas que se trabajan fueron las contrapartidas que me hicieron continuar.
En relación a esto que comentaba sobre la contracción, hace poco que tuve la fortuna de escuchar un texto de Noguchi Haruchika sobre la relajación que me recordó mucho a las sensaciones que tengo durante mis sesiones de práctica y que puede servir de inspiración para aquellos que comienzan (casi cualquier actividad).

Afloja la tensión de tu cuerpo. Relajar cuanto puedas los músculos de tu cuerpo es lo fundamental para que brote tu vitalidad. Es un error pensar que para liberar la energía del cuerpo es necesario ponerse en tensión. Mira a aquel que cruza el río sobre un tronco de árbol y observa a quien hace caligrafía.

Mientras estemos contraídos, no podremos exteriorizar nuestra fuerza profunda. La contracción continua, provocada por temor o miedo, no constituye un estado natural en el hombre. En cuanto se distienden los músculos, una respiración honda surge espontáneamente del vientre.
H. Noguchi

Comentaba con las personas que me descubrieron este texto como van evolucionando mis sensaciones conforme voy trabajando un tema. Éstas van pasando de la tensión por afrontar un modelo nuevo y la contracción que genera, hasta la liberación que se produce al ir interiorizándolo y obteniendo resultados más satisfactorios.
Releyendo esta breve entrada me doy cuenta que quizás no estoy pintando muy bien las cosas para que alguien que tenga curiosidad se atreva a dar el paso. Para ellos diré que hay más cosas detrás de lo que parece obvio y que tras vencer las contrariedades uno crece. Personalmente creo haber descubierto una afición que me acompañará toda la vida.

Comentarios

  1. Gracias Fernando, por compartir tu visión, espero que sea mi guia.

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    1. Gracias por comentar. Se agradece saber que hay personas interesadas en lo que publicamos en el blog. :)

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