Historias de kanji (2): tipos de kanji

Tras finalizar la primera entrada sobre la historia de algunos kanji, me di cuenta que no había ningún texto introductorio sobre los mismos y, conforme vayamos avanzando, van a aparecer términos que merece la pena presentar como es debido. Es por ello que me propongo hablar un poco de su procedencia y tipología.
Estoy seguro que cualquiera que siga este blog siente alguna inquietud sobre la caligrafía japonesa y por ende por sus principales protagonistas. Por ello intentaré ser conciso sobre su origen, ya que para la mayoría de vosotros no representa ninguna novedad. Los kanji (漢字: letras de han o letras chinas), como su propio nombre indica, son caracteres de origen chino. Se combinan con los kana (hiragana y katana) para la escritura del idioma japonés. El hecho de tratarse de un préstamo para la escritura de una lengua ya existente, añadido a otros factores que no vienen al caso, es una de las fuentes de la complejidad del idioma nipón.
Se consideran de uso común 2.136 (Jōyō kanji) y son enseñados durante la escuela primaria y secundaria. No obstante hay muchos más, unos que son utilizados diariamente como por ejemplo para la formación de nombres propios (jinmeiyō kanji), y otros que simplemente no son de uso habitual o se consideran arcaicos. Pese a tener un origen común, los kanji japoneses se diferencian de los chinos en diferentes aspectos, siendo el principal las simplificaciones divergentes realizadas en el pasado tanto por China como por Japón. Esto hace que las formas de uso común sean diferentes, mientras que las tradicionales son virtualmente idénticas. Finalmente, existen unos pocos kanji que son de origen japonés y reciben el nombre de waji o kokuji.
Aunque hay mucho más que decir sobre los kanji, considero cumplido el primer objetivo de esta entrada, el referente a la procedencia, y paso a hablar de la tipología. Quizás cuando pueda escribir algo de los estilos caligráficos, tenga la oportunidad de hablar de algo de la historia de estos caracteres que tanto nos atraen.
En lo referente a la construcción del carácter, se considera que hay seis principios (六書) gráficos o maneras mediante las que se puede formar un kanji
  • El primer método es intentar imitar objetos simples mediante la escritura. A estos kanji se les conoce como shokeimoji (象形文字, carácter jeroglífico) y, por tanto, son de carácter pictográfico. Ejemplos de este tipo de formación serían los caracteres para árbol () o persona (). Hay ocasiones en que no es evidente la relación entre el pictograma y el objeto representado. En estos casos conviene acudir a las formas más antiguas, ya hablaremos de estilos, que son las que permiten observar mejor esta correspondencia.
  • El segundo método sería intentar simbolizar un concepto abstracto mediante una representación gráfica o, dicho de otro modo, la forma resultante será la representación lógica de una idea abstracta. A los kanji que se construyen por este método se les conoce como shijimoji (指事文字) y serían de carácter ideográfico. Frecuentemente se les denomina ideogramas simples para distinguirlos de otras formas más complejas que veremos seguidamente. Ejemplo podrían ser los kanji utilizados para arriba (), abajo () o medio ().
  • La tercera manera sería mediante la combinación de pictogramas o ideogramas para mostrar una idea más compleja. Los kanji obtenidos por este método se conocen como kaiimoji (会意文字), tienen carácter ideográfico, y se les suele llamar compuestos ideográficos, compuestos asociativos o simplemente ideogramas. Un ejemplo sería la combinación de los caracteres para árbol (木) y persona (人, 亻en su forma de radical) que hemos visto hace un momento, para la formación de que significa descanso.
  • La cuarta manera sería la resultante de combinar una parte pictográfica o ideográfica con otra que le aporta la fonética. A estos compuestos semántico-fonéticos se les denomina keiseimoji (形声文字). Los caracteres formados por este método suponen más del 80% de los kanji del japonés actual. Un ejemplo sería uno de los caracteres que significan río (), que resulta de la combinación de agua (), que le aporta significado, y aceptable (), que le aporta la fonética.
  • El quinto método sería utilizar un carácter ya existente para un significado diferente aunque similar en algún sentido. Esta extensión del significado genera los tenchumoji (転注文字) o caracteres derivados. Por ejemplo, significa música, comodidad o facilidad, y por extensión se utiliza también para alegría o placer.
  • Finalmente tenemos los préstamos fonéticos. Se trata de caracteres cuyo significado actual no tiene relación con su propia etimología. Simplemente adoptan otro significado ya que tienen una pronunciación similar y generalmente una estructura más simple que facilita su estructura. Éstos kanji reciben el nombre de kashamoji (仮借文字). Un ejemplo es el del kanji utilizado para el verbo venir (), cuya etimología, relacionada con la agricultura y la recogida de frutos, no parece tener nada que ver con el significado actual.

Espero que no os haya resultado muy pesada la entrada y que facilite la comprensión de artículos posteriores sobre el origen de ciertos kanji.

Fuentes consultadas (además de los enlaces incluidos en el texto).

Comentarios

  1. Muy interesante. Ahora ya sé un poquito más ;)

    Nos leemos!

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